domingo, 10 de abril de 2016

El precio de un condón.

Pregunte al dependiente de la farmacia cuales eran más baratos. Preguntar por el precio de unos condones ¿no es ridículo? siempre había pensado que se compraban sin más, haciendo uso de la satisfacción y confianza de pensar: "Esta noche follo" y así lo había hecho hasta aquella tarde, pero llevaba muchas noches diciéndome esa frase, mi economía se resentía y el precio de los preservativos no ayudaba, me quedaban tres opciones: aparcar la relación hasta tiempos mejores, pedirle que ayudara con la compra o cambiar de método anticonceptivo, esta ultima se desvaneció rápidamente ya que imaginaba que los otros métodos eran bastante más caros, por raro que parezca las segunda opción me parecían extremadamente difícil de tomar, no sería muy complicado ¿no? "oye, me das la mitad del precio de la caja de condones" pero aun así era mucho más fácil dejar la relación, quizá el precio de los preservativos solo era una escusa con la que convencerme a mi mismo.

lunes, 14 de marzo de 2016

¿Vienes a por mi?

Llena de humo sus pulmones mientras lanza esa mirada de "sabes lo que quiero nene", exhausto trago saliva, se me irritan los ojos con el humo que salen de su boca justo antes de morderme los labios con fuerza, imagino lo que pasa por su cabeza: fóllame con vicio otra vez Ignacio.
De un leve tirón del poco pelo que la herencia de mi padre me ha dejado en el pecho, me despierta totalmente despeinada, las marcas de la sabana dibujan caprichosas una autopista en su espalda. - Responde rápido o te quedas sin desayuno guapo. - Le digo que un vaso de leche con lo que sea para acompañar está bien. Se aleja de la cama con nada mas que unas braguitas, supongo que a preparar el desayuno, la verdad es que me da igual yo solo puedo pensar si aquella ropa interior era la de anoche. 
Abro los ojos ¿Me he vuelto a quedar dormido? un intenso olor a café llega desde la cocina, me levanto y sigo el aroma, cuando alcanzo el marco de la puerta me pellizcan por detrás a la altura del cuello. -Eres un jodido perezoso sabes.
Dan las 12 en el reloj de su mesilla, me quedaría en su nunca jamas el resto del día, pero la realidad fuera de esa cama me reclama, nos queda un beso en su rellano.
Cuando cae la noche suena mi teléfono, es una foto de su torso desnudo seguido de un provocador "¿Vienes a por mi cazador?" reúno lo indispensable y lo arrugo dentro de la mochila que casi siempre llevo acuestas, recuerda Ignacio en la segunda estrella a la derecha, creo que en metro se ira rápido.