Hombre de deseo soy,
mas mi cuerpo no controlo,
malas jugadas me pasa,
y saltos de engorro,
hombre de palabra me creo,
mas no la falto nunca,
si la faltase siempre,
me cubriría la nuca,
en el rostro de la chica,
la belleza busco,
mas si no la encuentro
igual yo rebusco,
no recomiendo mis pasos,
pues mis pasos no sigo,
hombre de deseo y vicio,
jamas recomendado ha sido,
Hola Ignacio, acabo de leer tus poemas y de verdad, no tengo palabras para expresar la sorpresa que me he llevado: después de contemplar a un niño esta mañana en la tienda de Mili, leo lo que parecen sentimientos de una persona madurísima y con una técnica poética absolutamente currada y depurada, como si fuera el fruto de años y años de trabajo y práctica. Suenan como si fueran de un poeta consagradísimo, vamos que si me dijeran que son de García Lorca, no lo pondría en duda ni un instante. Tienen ritmo, tienen sentido, no suenan cursis como la mayoría de los que empiezan a hacer sus pinitos en el mundo de la poesía. Tienes un gran talento, chaval. Ya le puedes decir a tu tía Mili que tiene a un gran poeta en la familia y que sería un crimen no promocionarle y animarle a que se le conozca.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Miguel Cabañas Agrela